lunes, 7 de abril de 2014

Teleantioquia: un “reality” de noticieros institucionales e intermediación laboral




Por: Jhon Hélber Rodríguez
Comunicador Social-periodista
@jhonhelber

“La independencia de los periodistas es vital para la sociedad y el periodismo es un servicio público a los ciudadanos que no puede estar sometido a intereses políticos o económicos particulares.

La defensa de los Derechos Humanos es una de las tareas primordiales del periodismo y los periodistas no podrán ejercer su labor si sus propios derechos humanos son vulnerados.”

Manifiesto Periodismo y Derechos Humano.
20 de julio de 2008.


Ha pasado un poco de "agache" la noticia de que Teleantioquia canceló el contrato con la Cooperativa de Trabajo Asociado Setelgroup, lo que seguramente la llevará a la liquidación. Quiero compartirles algunas de mis apreciaciones al respecto, pues aunque son motivadas por está última noticia, hay varios acontecimientos que son de mayor calado y que son necesarios recordar y contextualizar.

La era de los noticieros independientes
Cuando el canal regional Teleantioquia se fundó en 1985, también nació con el la Cooperativa de Periodistas y Comunicadores Sociales de Colombia Coopercolt. Esta empresa solidaria fue la encargada del primer noticiero regional del país: El Informativo de Antioquia. Fue durante casi 15 años uno de los medios de comunicación más importantes de Antioquia y más reconocidos a nivel nacional por su excelencia periodística.

Durante este tiempo, los espacios informativos de Teleantioquia pertenecían a empresas periodísticas de comunicación de diferente tipo. Es decir que no pertenecían al canal y por lo tanto eran independientes de las directivas de Teleantioquia y del gobierno de turno. Primero llegó Coopercolt, luego Quanta con Hora 13 y posteriormente Cosmovisión con CQN Noticias. Estas empresas funcionaban bajo la figura de concesionarios del canal. Es decir que pagaban por un espacio o franja horaria y allí emitían sus programas. Una relación comercial que garantizaba la independencia de los medios y de sus empresas.

De estos noticieros independientes sólo queda Hora 13 Noticias. Las directivas de canal a lo largo de los años han ido tomando los espacios informativos que tradicionalmente se ofrecían a la ciudadanía, es decir los noticieros.


La época de los informativos oficiales
Casi sin darnos cuenta, los espacios informativos del canal pasaron de ser propiedad de empresas periodísticas a ser propiedad del mismo canal. Un canal por demás público que está orientado de manera directa por el gobernador y por lo tanto sometido a los vaivenes de la política, a sus intrigas y a sus intereses particulares, al servicio de la “buena imagen” que debe darse al gobernante que se encuentre ejerciendo, así como a todas sus políticas y funcionarios. Sin contar de paso a las presiones e intereses de la Asamblea Departamental, quienes fueron los responsables de la renuncia (despido) en 2013 de Juan Pablo Barrientos, director de Teleantioquia Noticias.

El Informativo de Antioquia salió del aire en el año 2000, luego de que se declarara nula la convocatoria por parte de Teleantioquia para esta franja informativa. Un hecho que aún no queda muy claro para quienes estaban por estas fechas al frente de la cooperativa, pues sí se presentó la propuesta, pero el canal argumentó que se entregó pasada la hora de cierre.

Desde entonces el medio informativo más importante del departamento, por lo menos en cuanto a televisión se trata, ha estado en manos de la Gobernación de Antioquia, lo que en palabras más o palabras menos lo convierte en un medio informativo institucional, pues tanto su director(a) como sus periodistas y cuerpo técnico son nombrados por las directivas del canal regional y en muchos casos directamente por el gobernador en ejercicio. Es tan claro la dependencia de los periodistas, que una vez finaliza el periodo de gobierno, también son removidos los equipos periodísticos del noticiero ¿Qué independencia informativa pueden tener estos periodistas? ¿Qué información y temas dejan de abordar e investigar porque pueden afectar al gobierno de turno y a los políticos en ejercicio?


El doble valor de las franjas informativas
Bien es conocido que los espacios informativos son los que históricamente han registrado mayores niveles de audiencia. Esto ocurre tanto en los canales locales como en los nacionales. Esto significa por lo tanto que son los espacios donde más costo tiene la pauta comercial.

Este fue uno de las primeras razones por las cuales Teleantioquia “hechó mano” a la franja informativa del noticiero. Allí estaban los principales espacios de pauta que buscaban las empresas y era una excelente manera de mostrar “resultados económicos”, ante la crisis de sostenibilidad que se presentaba en el canal desde sus inicios.

Pero, después de descubierto la ventaja económica, vino una realmente contraria al periodismo, a la libertad de prensa y al derecho a la información: el interés político. Los gobernantes de turno se dieron cuenta que poder definir los titulares y noticias en el noticiero más importante del departamento era una gran “arma” política que favorecía enormemente su imagen y su prestigio. Contar con un medio “aliado” para gobernar siempre será ventajoso.

Desde entonces, más que las razones económicas explícitamente marcadas, han sido las razones políticas, las que no han permitido que los espacios informativos sean adjudicados en licitación a las empresas periodísticas del departamento.


La interminable intermediación laboral
Poco después de que Coopercolt perdiera su noticiero y ya acogida a la Ley 550 (conocida como Ley de quiebra), el mismo canal regional contrató a la cooperativa para que realizara la producción del mismo noticiero para el que le negó propuesta, y para que a su vez contratara al personal profesional y técnico necesario para emitirlo. Era el año 2001 y por esta época realizaba mis prácticas profesionales en la empresa que para mi era el más grande referente de periodismo en Antioquia.

Fue la primera vez que el canal incurría en la práctica de intermediación laboral. Con ello cumplía su objetivo de obtener los recursos de pauta de la franja más cotizada del canal y al mismo tiempo, se libraba de los costos que le representaría una vinculación laboral directa de todo el equipo profesional necesario para producirlo.

La fórmula tuvo tanto éxito, que una vez fue liquidada Coopercolt, los mismos directivos del canal promovieron la creación de una “nueva cooperativa”, con el objetivo de contratar por medio de ella al personal que necesitaba para el funcionamiento permanente. Así nació Setelgroup y con la ilusión de ser contratatos por Teleantioquia, muchos periodistas y personal técnico de la liquidada Coopercolt firmaron su creación.

Esto fue hace ya ocho años y desde entonces Teleantioquia ha contratado a la gran mayoría de su personal profesional y técnico por medio de esta cooperativa. Una clara y flagrante violación a los derechos laborales de sus empleados. Una vez son despedidos nada tienen que reclamar, pues son “asociados” a una cooperativa y no empleados del canal. Así lo hace para contratar directores, subdirectores, presentadores, camarógrafos, conductores y personal técnico que está en permanente servicio al canal y prestando servicios estrictamente relacionados con su misión institucional.



Un verdadero proyecto democrático requiere de medios informativos independientes del estado y los gobiernos, así sean estos locales.

Las asociaciones de periodistas, medios de comunicación y profesionales de la comunicación, facultades de comunicación y universidades, entre otros, debemos solicitarle al canal regional Teleantioquia y al gobernador actual, Sergio Fajardo, que permita que sean las empresas de comunicación e informativas (productoras de televisión, cooperativas, universidades entre otras), quienes posean los franjas informativas en el canal regional.

Como bien lo afirma Vargas Llosa: “La independencia de los medios de comunicación de los poderes políticos y de los grupos económicos, es una gran muestra de la condición de salud de una democracia”. Y, aunque, en ambos casos estos poderes se han tomado el llamado cuarto poder, acrecentando con ello el suyo propio, es un acto de madurez política y de vocación profundamente democrática buscar y velar por su independencia. La sociedad y democracia colombiana que soñamos requiere que el país avance en el derecho a la información de sus ciudadanos, al conocimiento y análisis público de los hechos, sin la autocensura y manipulación que son propias de los medios de comunicación que son usados como herramienta de control social.

La ruta para lograr esto por lo menos en los estamentos departamentales es clara: que en el menor tiempo posible se convoque y realice una licitación pública para entregar en concesión los espacios informativos que actualmente posee el canal regional Teleantioquia.

No se trata con estas letras de culpar a la actual administración departamental por más de 10 años en los cuales se han desconocido derechos laborales en Teleantioquia y durante los cuales se han convertido los espacios informativos en medios institucionales. Es una invitación para reflexionar sobre estas circunstancias y dejarle a la región y a sus instituciones unas mayores garantías democráticas en el cubrimiento informativo, y unas derechos laborales para los profesionales de la comunicación que las realizan.

Aunque pensé varias veces en cambiar el titular de esta nota, no encontré otra forma más cercana y clara para describir la situación actual de Teleantioquia y gran cantidad de los profesionales que trabajan allí: es un “reality” pues todo el tiempo están saliendo en “pantalla” las personas a las que se les vulnera sus derechos. Así como son un “reality”, sus franjas informativas pues realmente son espacios institucionales, por su absoluta dependencia institucional.

“Una prensa libre puede ser buena o mala, pero sin libertad, la prensa nunca será otra cosa que mala.”


Albert Camus (1913-1960).