Colombia es un país de casualidades, o por lo menos eso parece ser. En lo personal no creo en las casualidades y menos en las relacionadas con la agenda temática de los medios de comunicación.
Las noticias no son todas las cosas importantes, de trascendencia o que todo el mundo debería conocer sobre lo que ocurre en el país, sino las que son seleccionadas por los medios de comunicación para que sean tema de “análisis”. Pero volvamos a las casualidades. Fue precisamente en noviembre del año pasado, casualmente, cuando salían a la luz pública todo los horrores, violaciones y atropellos cometidos por las fuerzas militares con los mal llamados “falsos positivos” (que se deben nombrar realmente como crímenes de estado u homicidios cometidos por la fuerza pública), cuando surgió otro gran tema en la agenda mediática nacional.
El nuevo tema era DMG y en este caso, el tema era puesto en la agenda directamente por el Gobierno Nacional. El Presidente de la República, anunció públicamente que perseguiría y capturaría a un nuevo pero poderosísimo delincuente llamado David Murcia Guzmán. Luego de escuchar las palabras del presidente, del Ministro de Defensa y de altos militares, definitivamente quedaba claro para todos los colombianos que: este personaje era un demonio, tal vez más malo y peligroso que el Mono Jojoy y el Garavito juntos.
Alguién tendría que capturarlo, hacer justicia y ponernos a todos los colombianos a salvo; obviamente el presidente lo haría. El Show se había iniciado y los medios tenían sus cámaras (ocupadas) atentas a este desenlace: le dieron primer lugar en la agenda.
Casualmente también, aunque ya el gobierno conocía de procesos en empresas como DMG y DRFE, desde hacía varios años atrás, no había tomado acciones directas en su contra y mucho menos lideradas directamente por el Presidente de la República. También casualmente, estás acciones fueron iniciadas en el mes de noviembre, cuando se presentaban las más graves denuncias sobre los crímenes de estado y asesinatos cometidos por militares en diferentes lugares del país y la justicia arrojaba los principales resultados de las investigaciones en casos como los jóvenes de Soacha, el más sonado; los de Sincelejo y Cali. También fue el retiro del General Mario Montoya y la sanción de Estados Unidos a varias unidades militares por su clara participación en estos hechos.
De hecho el reporte de medios sobre DMG prácticamente no figuró durante en el resto del 2008. El diario El Tiempo de Bogotá por ejemplo, publicó 422 artículos o noticias durante este mes relacionadas con DMG, en el resto del año sólo fueron 48. De medios de comunicación como RCN ni hablar, este era el pan de cada día, la primera noticia y la más larga. La estrategia de cambiar la agenda planeada desde el gobierno, funcionó a la perfección. Los crímenes de estado, llamados por el gobierno falsos positivos, habían pasado a un segundo lugar.
El tema de los falsos positivos también tuvo su momento más alto en el mes de noviembre de 2008, pero no con el nivel que lo tuvo DMG, en el reporte de noticias y artículos publicados por El Tiempo: sólo llego a 176. Casi una tercera parte de la figuración de DMG. La tendencia se ha mantenido desde entonces.
Hoy, luego de las múltiples denuncias públicas del gobierno en contra de David Murcia Guzmán y su empresa y del show mediático alrededor de su captura. Lo cierto del caso, es que la Fiscalía General de la Nación ha tenido que aplazar en tres ocasiones la audiencia de acusaciones, pues según ellos todavía están organizando el material probatorio que lo compromete en todas las imputaciones hechas.
Hace pocos días periodistas de La W, se preguntaban si realmente las tendrían o no, la respuesta de uno de ellos fue: “no creo que las tengan”. El papel de DMG ya se cumplió, distraer a la opinión pública, poner su atención en otro tema, en otro asunto, cuando existe el riesgo de que otros más graves lleguen a concentrar la atención de los ciudadanos. Si es condenado o no ahora no importa, es más ya no son parte de la agenda del gobierno, las declaraciones al respecto por parte del gobierno han finalizado.
Sin embargo, los crímenes de estado sí fueron ciertos, existen todas las pruebas y muchos testigos que han denunciado sus relaciones con militares para “reclutar” a jóvenes en diferentes partes del país. Las investigaciones avanzan, pero aún no se conocen los autores intelectuales de las órdenes.
DMG fue el Distractor Mediático del Gobierno cuando estaba en juego la popularidad del Presidente de la República y cuando graves crímenes de estado podrían poner en riesgo, su permanencia en el poder. Nos siguen conduciendo con espejos, reflejos y estrategias mediáticas.
Las noticias no son todas las cosas importantes, de trascendencia o que todo el mundo debería conocer sobre lo que ocurre en el país, sino las que son seleccionadas por los medios de comunicación para que sean tema de “análisis”. Pero volvamos a las casualidades. Fue precisamente en noviembre del año pasado, casualmente, cuando salían a la luz pública todo los horrores, violaciones y atropellos cometidos por las fuerzas militares con los mal llamados “falsos positivos” (que se deben nombrar realmente como crímenes de estado u homicidios cometidos por la fuerza pública), cuando surgió otro gran tema en la agenda mediática nacional.
El nuevo tema era DMG y en este caso, el tema era puesto en la agenda directamente por el Gobierno Nacional. El Presidente de la República, anunció públicamente que perseguiría y capturaría a un nuevo pero poderosísimo delincuente llamado David Murcia Guzmán. Luego de escuchar las palabras del presidente, del Ministro de Defensa y de altos militares, definitivamente quedaba claro para todos los colombianos que: este personaje era un demonio, tal vez más malo y peligroso que el Mono Jojoy y el Garavito juntos.
Alguién tendría que capturarlo, hacer justicia y ponernos a todos los colombianos a salvo; obviamente el presidente lo haría. El Show se había iniciado y los medios tenían sus cámaras (ocupadas) atentas a este desenlace: le dieron primer lugar en la agenda.
Casualmente también, aunque ya el gobierno conocía de procesos en empresas como DMG y DRFE, desde hacía varios años atrás, no había tomado acciones directas en su contra y mucho menos lideradas directamente por el Presidente de la República. También casualmente, estás acciones fueron iniciadas en el mes de noviembre, cuando se presentaban las más graves denuncias sobre los crímenes de estado y asesinatos cometidos por militares en diferentes lugares del país y la justicia arrojaba los principales resultados de las investigaciones en casos como los jóvenes de Soacha, el más sonado; los de Sincelejo y Cali. También fue el retiro del General Mario Montoya y la sanción de Estados Unidos a varias unidades militares por su clara participación en estos hechos.
De hecho el reporte de medios sobre DMG prácticamente no figuró durante en el resto del 2008. El diario El Tiempo de Bogotá por ejemplo, publicó 422 artículos o noticias durante este mes relacionadas con DMG, en el resto del año sólo fueron 48. De medios de comunicación como RCN ni hablar, este era el pan de cada día, la primera noticia y la más larga. La estrategia de cambiar la agenda planeada desde el gobierno, funcionó a la perfección. Los crímenes de estado, llamados por el gobierno falsos positivos, habían pasado a un segundo lugar.
El tema de los falsos positivos también tuvo su momento más alto en el mes de noviembre de 2008, pero no con el nivel que lo tuvo DMG, en el reporte de noticias y artículos publicados por El Tiempo: sólo llego a 176. Casi una tercera parte de la figuración de DMG. La tendencia se ha mantenido desde entonces.
Hoy, luego de las múltiples denuncias públicas del gobierno en contra de David Murcia Guzmán y su empresa y del show mediático alrededor de su captura. Lo cierto del caso, es que la Fiscalía General de la Nación ha tenido que aplazar en tres ocasiones la audiencia de acusaciones, pues según ellos todavía están organizando el material probatorio que lo compromete en todas las imputaciones hechas.
Hace pocos días periodistas de La W, se preguntaban si realmente las tendrían o no, la respuesta de uno de ellos fue: “no creo que las tengan”. El papel de DMG ya se cumplió, distraer a la opinión pública, poner su atención en otro tema, en otro asunto, cuando existe el riesgo de que otros más graves lleguen a concentrar la atención de los ciudadanos. Si es condenado o no ahora no importa, es más ya no son parte de la agenda del gobierno, las declaraciones al respecto por parte del gobierno han finalizado.
Sin embargo, los crímenes de estado sí fueron ciertos, existen todas las pruebas y muchos testigos que han denunciado sus relaciones con militares para “reclutar” a jóvenes en diferentes partes del país. Las investigaciones avanzan, pero aún no se conocen los autores intelectuales de las órdenes.
DMG fue el Distractor Mediático del Gobierno cuando estaba en juego la popularidad del Presidente de la República y cuando graves crímenes de estado podrían poner en riesgo, su permanencia en el poder. Nos siguen conduciendo con espejos, reflejos y estrategias mediáticas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario